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Joyería y perlas

Las joyerías mallorquinas son célebres porque detrás de cada pieza, hay un trabajo profesional que se realiza en el taller, en las ferias y en el empeño por sacar lo mejor de cada pieza para ofrecer lo que se busca. Las perlas artificiales le han dado renombre internacional a Mallorca y son parte del entramado donde la creación da vida a la forma y distinción al color, de la mano de la paciencia, delicadeza, el diseño y el placer de las cosas bien hechas.

La primera fábrica de perlas artificiales fue fundada en el año 1897 en Manacor, Mallorca, por el industrial alemán Eduard Frederic Hug Heusch. Una perla perfecta no se crea por una casualidad. Años de investigación y desarrollo y muchas horas de artesanía manual es lo que más ha contribuido a la reputación internacional de las perlas insulares. Las perlas se pueden adquirir en las joyerías dispuestas por Mallorca. Colecciones originales y frescas cubren toda la oferta, que va desde desde el clásico collar de perlas hasta los artículos juveniles o complementos para quien desea personalizar la propia elegancia. El catálogo de joyas y perlas mallorquinas tiene unos 10.000 diferentes modelos de perlas y otras joyas. Las perlas siguen manteniendo el estilo y la elegancia que siempre les ha caracterizado.

La joyería mallorquina cuenta con una amplia gama de tiendas y talleres donde adquirir piezas en oro y plata características del lugar, como el típico cordón mallorquín, una cadena gruesa de los citados metales que tiene forma retorcida, de la que cuelga la “cruz mallorquina”, una cruz griega dentro de un rombo. El cordón mallorquín con la cruz puede comprarse en forma de collar o de pulsera. Otro tipo de pulseras típicas mallorquinas son los aros, conocidos como semanario, ya que es tradición que las madrinas regalen a sus ahijadas siete aros, uno por cada día de la semana, por eso se les llama “semanarios”. Estos aros son muy sencillos, y ahí radica su belleza, en la simplicidad de la circunferencia de oro o plata. Para echar un vistazo a la joyería tradicional mallorquina, basta con darse un paseo por las tiendas situadas en el histórico Barrio Judío de Palma, que en el pasado, vivía de la fabricación y el comercio de joyas. Algunas de estas joyerías palmesanas sobrepasan el siglo de antigüedad y además de ser proveedores de las marcas más prestigiosas, se han hecho célebres por sus diseños propios y por mantener la esencia del negocio familiar.

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