Pollença

Pollença, Puerto de Pollença, Cala San Vicente y Formentor constituyen una de las zonas más bellas de nuestra isla y, sin lugar a dudas, un lugar muy atractivo para visitar en cualquier época del año.

Pollença tiene una bahía de aguas tranquilas, con playas cómodas y también pequeñas calas de aguas transparentes como cala Bóquer, cala Figuera o cala Murta. También tiene pequeñas colinas como la del Calvari, la de Santuïri, el monte de Maria o el de Almadraba y montañas de altura considerable, como el Tomir, el monte Gros de Ternelles o el monte de Ca, entre los cuales podemos encontrar rincones paradisíacos como la Cala San Vicente y Formentor.

Pero el sol y la playa no son los únicos alicientes. El término municipal cuenta con una gran diversidad de hábitats litorales de diferentes tipologías —arenosos, pedregosos, de acantilados, islotes costeros, zonas húmedas (la Albufereta y la Gola), sistemas agrícolas (cereales, olivares...), pastos naturales, chaparral, pinares, encinares y zonas de alta montaña—, que proporcionan una diversidad elevada de comunidades vegetales que favorecen la presencia de una numerosa variedad de especies de pájaros. Si a todo eso le sumamos que el término está estratégicamente situado justo en medio de las principales rutas migratorias, el resultado es que es uno de los mejores lugares de las Islas Baleares para acoger una fauna ornitológica excelente.

Las rutas de senderismo y de cicloturismo en Pollença son una parte importante de la visita.

La villa de Pollença también ofrece un atractivo especial, que se puede descubrir haciendo un recorrido por el núcleo urbano: la tradición, la historia, la arquitectura y la cultura son algunos de los ingredientes básicos que ofrece al visitante. Sitios emblemáticos como el Calvari o el Puente Romano, las interesantes colecciones del Museo, el Festival de Pollença o numerosas exposiciones de arte llenan de atractivo la visita al núcleo de Pollença.

Formentor ha sido escenario de inspiración de artistas, con el mirador del Colomer, la playa de Formentor y, por descontado, el faro, situado en el cabo de Formentor. Esta península está constituida por las últimas montañas de la sierra de Tramuntana y ofrece calas y rincones de gran belleza.