Ramón Llull es uno de los mallorquines más universales de la historia. Teólogo, filósofo, científico, escritor y beato.

Nació en 1232 en la actual Palma, poco después de la conquista catalanoaragonesa de la isla (1229) por parte del rey Jaime I. Hijo de una notable familia de Barcelona, estuvo ligado a la vida de la corte llegando a ser preceptor del rey Jaime II, hijo de Jaime I, el Conquistador. Se casó y tuvo 2 hijos.

Aproximadamente a los 30 años de edad tuvo 5 visiones del Cristo crucificado que marcaron su destino. Abandonó la vida mundana y a su familia, y decidió consagrar su vida a la religión. A través del ARS, un sistema de lógica y combinatoria ideado por él, pretendía demostrar que la religión cristiana era la verdadera.

A partir de 1263 inició un periodo de formación. De manera autodidacta fue adquiriendo conocimientos filosóficos, teológicos y científicos, además de aprender árabe gracias a un esclavo musulmán. Ramón Llull pensaba que el mensaje y su comprensión eran la clave para la conversión. Para formar misioneros con el objetivo de cristianizar a los musulmanes fundó en 1276, en Mallorca (Miramar), una escuela de lenguas orientales.

Incansable en su propósito viajó por numerosas ciudades europeas como Montpelier, Marsella, París, Génova, Roma o Nápoles, por Oriente Próximo y por el Norte de África.

Por entonces en Mallorca convivían las tres culturas: cristiana, árabe y judía. Se le atribuyen unas 265 obras, escritas en latín, catalán y árabe. En la primera época hasta su conversión mística, escribió principalmente temas de amor y picarescas para posteriormente dedicarse a obras de carácter filosófico.

Murió con 84 años, no se sabe si en alta mar en un barco de vuelta desde Túnez o ya en tierras mallorquinas.