Santa Maria del Camí

Desde lo lejos, lo primero que llama la atención es el campanario de la iglesia, decorado con azulejos azules. Ya en el centro del pueblo, destacan: la iglesia parroquial del siglo XVIII, con su vistoso campanario; la Casa de la Vila (ayuntamiento) del siglo XV, con fachada de estilo renacentista y Ca s’Apotecari, casa del siglo XIX donde hay un punto de información turística. De camino a la plaça dels Hostals, zona con tiendas, bares y restaurantes, se encuentra el convento de los Mínimos, fundado en 1682.

El municipio tiene una gran tradición vitivinícola, con la mayor parte de la producción de vino con Denominación de Origen Binissalem. Las bodegas ofrecen catas y visitas guiadas a los viñedos (previa reserva). A finales de noviembre se celebra la Festa des Vi Novell (fiesta del vino joven). Para la fiesta, el pueblo se engalana con ramas de pino en los portales de casas y bodegas, anunciando así la llegada del vino joven. 

El domingo por la mañana es el día de mercado, uno de los más tradicionales y concurridos de la isla, donde se pueden adquirir frutas y hortalizas de temporada, con una sección exclusiva de productos ecológicos, así como artículos de segunda mano y objetos de artesanía. 

El producto artesano más destacado es la tela de llengües. Tèxtils Bujosa es uno de los tres talleres en Mallorca dedicados al diseño y fabricación artesanal de estas bonitas telas, tejidas mediante la técnica milenaria conocida como ikat. En el taller se pueden adquirir bolsos, neceseres, fundas para cojines, manteles, etc., además de visitar el taller y conocer de cerca el proceso de elaboración de las telas.

En cuanto al paisaje, Santa Maria se encuentra en una zona de transición entre la montaña y el llano. En el llano predominan los campos de cultivo de almendros, algarrobos y viñas. Hacia el norte se extiende la serra de Tramuntana. La vall de Coanegra, con el torrente y los bosques de pinos y encinas, es uno de los lugares más bonitos para descubrir.