Cuevas
Cuevas, un mundo de fantasía sin igual
El subsuelo de Mallorca guarda una riqueza geológica inigualable. Un mundo de fantasía que se ha ido formando gota a gota en el transcurrir de milenios donde las estalactitas y estalagmitas adquieren formas caprichosas y sorprendentes. Algunas de sus cuevas están consideradas entre las más bellas del mundo. Sólo cinco de ellas pueden visitarse, constituyendo uno de los grandes atractivos de la isla.
Fue en el siglo XV cuando San Vicente Ferrer advertía a los mallorquines, en una de sus famosas arengas, que Mallorca estaba vacía por dentro y comparaba a la isla con una gran olla de barro puesta al revés. Hoy sabemos que esto no era cierto, aunque hay catalogadas más de doscientas cuevas naturales en toda la isla.
La última descubierta es la Cova de la Gleda, en Manacor, que con casi 11.000 m es la cueva sumergida más grande de las conocidas hasta ahora en el continente europeo.
ARTÀ
Las cuevas de Artà son una de las cavidades más altas de Europa con estalactitas de prodigiosas formas y extraordinarias proporciones pendiendo de una bóveda. La más espectacular es la ‘Reina de las columnas’, que alcanza 22 m de altura.
En su recorrido está ‘El infierno’, con un espectáculo de luz y sonido, ‘El purgatorio’ y, entre otras, la sala de banderas, donde el guía golpea tres columnas que ofrecen tonos diferentes. También encontramos piedras compuestas de carbono que parecen auténticos diamantes.
CAMPANET
Otras cuevas que pueden visitarse son las Coves de Campanet, admirables por su exuberante ornamentación de estalactitas y estalagmitas que se distinguen por su delgadez y blancura.
Además, son de gran interés científico al albergar una peculiar fauna cavernícola endémica y restos paleontológicos de Myotragus balearicus, un animal extinguido hace unos 5000 años que los últimos análisis genéticos emparentan con las ovejas.
DRACH
Las más famosas son las Coves del Drach en Porto Cristo, que albergan uno de los lagos subterráneos más grandes del mundo.
La referencia más antigua data de 1338 en un mensaje de Rover de Rovenach, gobernador de la isla, al alcalde de Manacor. En 1878 saltaron a la escena internacional cuando dos viajeros, acompañados de un guía local, estuvieron perdidos en su interior durante treinta horas. Años después, en 1896, el Archiduque Luís Salvador encargó al espeleólogo francés E.A. Martel realizar una exploración, descubriendo el gran lago que ahora lleva su nombre.
Las Coves del Drach fueron iluminadas magistralmente por el ingeniero catalán Carles Buigas, conocido en España como ‘el mago de la luz’.
El recorrido que se visita tiene una longitud aproximada de 1.200 m y es una explosión de estalactitas y estalagmitas creando escenarios y figuras que a menudo se identifican con el mundo exterior. Sólo hay que ver sus nombres: La Virgen de la Cueva, San Antonio de Padua, la Venus del Nilo, Buda, La Pagoda India, Valle de Monserrat, etc.
Cuenta con lagos bellísimos como el Baño de Diana, un delicado rincón, y el Lago Martel, que con 117 m de largo, 30 m de ancho y hasta 14 m de fondo, es uno de los gran grandes del mundo bajo tierra. En él se celebra un concierto de música clásica, que el visitante presencia desde una especie de teatro romano. Los músicos aparecen en la oscuridad en tres barcas iluminadas y, tras el concierto y ‘Amanecer en el lago’, el visitante puede disfrutar en ellas de un fascinante paseo por el lago.
HAMS
También en Porto Cristo se encuentran las Coves dels Hams, llamadas así por unas formaciones arborescentes semejantes a los anzuelos. Al parecer, estas curiosas formas son el resultado de las corrientes y del afanoso trabajo de las arañas.
Las cuevas fueron descubiertas por el espeleólogo mallorquín Pedro Caldentey el 2 de marzo de 1905, fecha que da nombre a una de las salas. Otras tienen referencias fantásticas, como el ‘Cementerio de las hadas’, con estalactitas que parecen cipreses; y literarias, véase ‘El paraíso perdido de Milton’, homenaje de Caldentey a uno de sus autores preferidos.
El lugar más profundo, con 30 m, es el ‘Mar de Venecia’, donde también se celebra un concierto de música clásica en una barca iluminada.
GÈNOVA
Por su parte, las Coves de Génova, en Palma, tienen una peculiaridad que las distingue del resto. Se trata de unas formaciones llamadas coraloires que, según estudios de la Universidad de las Illes Balears, se forman por alguna agrupación de magnesio producida en tiempos de su formación, hace alrededor de cuatro millones de años.
Fueron descubiertas en 1906 al construirse una gran cisterna en la propiedad y, años después, pertenecieron a la viuda de Rodolfo Valentino, Natacha Rambova, que fue la primera en acondicionarlas.
Camí de les Coves, s/n
Campanet
El recorrido de unos 40 minutos discurre por numerosas galerías de roca calcárea de la edad mesozoica.
C/ Barranc, 45
Palma
A 36 metros de profundidad se encuentran estas cuevas. Visita personalizada en pequeños grupos.
Ctra. de las Cuevas, s/n
Capdepera
Próximas a la playa de Canyamel, se encuentran en el interior de un acantilado.
Ctra. de las Cuevas, s/n
Manacor
Cuevas conocidas por su iluminación y por el lago Martel, uno de los lagos subterráneos más grandes del mundo.
Ctra. Ma-4020 (Manacor-Porto Cristo) km 11
Manacor
Estas cuevas son conocidas por sus particulares formaciones arborescentes (sala de los anzuelos).