Es Pla

Yacimiento de Son Fornés (Montuïri) © Ajuntament de Montuïri
Ciclismo (Petra) © Tolo Balaguer
Ball dels Cossiers (Algaida) © Tolo Balaguer
Iglesia parroquial de Sant Joan (Muro) © Tolo Balaguer
Demonios - Fiestas de San Juan Degollado (Sant Joan) © Tolo Balaguer
Iglesia parroquial (Porreres) © Tolo Balaguer

Esencia de Mallorca

Situado entre las dos cadenas montañosas de la isla, la Serra de Tramuntana al noroeste y, la de Llevant, al sureste, encontramos esta comarca dedicada al cultivo. Conserva todavía la esencia insular más auténtica, en contraposición a los populares núcleos turísticos. Entre campos de cultivo verdes, ocres y dorados, pequeños pueblos de interior emergen con sus campanarios y típicas casas de piedra. La soledad de sus calles son remansos de paz y nos trasladan a la isla de la calma de antaño. 

Es Pla, tal y como su nombre indica, es una zona relativamente llana, aunque no por ello, exenta de elevaciones. El macizo de Randa, con una altitud que sobrepasa los 500 metros, se eleva imponente sobre el interior de la isla. 

Santuarios, monasterios y ermitas coronando las cimas y nos ofrecen 360º de vistas panorámicas sobre la isla. Una experiencia es visitar alguno durante la floración del almendro en invierno, donde mantos de flores blancas tiñen el paisaje simulando nieve. 

Visitantes en busca de tranquilidad y contacto directo con las gentes de esta tierra, pueden encontrar en este entorno sus vacaciones soñadas. La oferta de alojamiento es variada. Desde hoteles situados en los centros urbanos de los pueblos hasta hoteles más rurales y fincas con actividad agraria (agroturismos). Incluso edificios religiosos ofrecen sus estancias para su disfrute. Todo ello sin renunciar a las comodidades de la vida actual. 

Esta comarca destaca también por su legado patrimonial y arquitectónico. Aquí se han encontrado alguno de los vestigios más antiguos de nuestra historia. El yacimiento arqueológico de Son Fornés muestra cómo se organizaban y vivían, en torno a los talayots, los primeros pobladores de la isla. Aljibes, pozos, norias son restos del pasado musulmán, interesado en aprovechar al máximo el agua. Los molinos, harineros o de agua, son también característicos de este paisaje. La ruta de los molinos nos acerca a estos elementos  y nos permite conocer de primera mano su funcionamiento y su papel relevante en el pasado agrícola. 

Los mercados son una buena opción para conocer los pueblos y productos de la isla. El mercado de Sineu, presume de ser el más antiguo de Mallorca y fue lugar de residencia real en el pasado, probablemente por su situación geográfica en el centro de la isla.  Tiene lugar todos los miércoles por la mañana y es de los más populares. 

El folklore insular permanece intacto en esta parte de la isla. Por ejemplo, la danza des Cossiers, una antigua tradición de Mallorca del siglo XIV, se interpreta en varios municipios pero sobresalen los de Algaida y Montuïri, que tienen lugar durante sus fiestas patronales.

También las ferias, sobre todo las de tipo gastronómico, tienen su papel en es Pla de Mallorca. Destaca la feria del melón, en Vilafranca de Bonany, y la de la miel, en Llubí.

Abundan, en esta comarca los cellers, antiguas bodegas reconvertidas en restaurantes de cocina tradicional mallorquina. Suelen estar decorados con elementos típicos y utensilios de la huerta como ruedas de carro, grandes toneles de vino y chimeneas rústicas.