Golf
EL PARAÍSO DE LOS AMANTES DEL GOLF
Mallorca cuenta con 23 campos de golf que gracias a su cercanía permiten practicar un juego diverso con cortos desplazamientos, pudiendo cambiar de escenario en cuestión de minutos. El clima, con una temperatura media anual de 19 grados, permite al jugador practicar el deporte verde durante todo el año.
Las instalaciones de golf de la isla incluyen modernos servicios, y han sido trazadas con un estricto respeto al entorno natural, con normas que se aplican a todos los campos como parte de la garantía de su certificación de calidad.
Para los aficionados y profesionales, Mallorca es un destino muy adecuado, a tan sólo un par de horas de viaje en avión y ofreciéndoles la posibilidad de practicar los 365 días del año, incluso cuando los campos de sus países están cubiertos de nieve.
Entre las instalaciones de la mayor de las Islas Baleares, hay campos que llevan funcionando varias décadas, muy conocidos por los visitantes habituales, pero también otras inauguradas en los últimos años y diseñadas con técnicas avanzadas. Sus características permiten practicar tanto a los jugadores expertos como a los aficionados. De hecho, ya hay un total de siete campos mallorquines que cuentan con su propia escuela de golf, el Real Golf Bendinat, el Club de Golf Son Servera, el Club de Golf Son Vida, el Golf Maioris, el Alcanada Golf, el Golf Santa Ponsa, y el T Golf Palma Puntiró.
Entre los de más reciente apertura se encuentran cuatro campos de 18 hoyos que surgieron en los últimos dos años. En concreto, de 2006 son el Golf Maioris, diseñado por R.S. Group; y el T Golf Palma Puntiró, trazado por la firma Nicklaus Design. Como aspectos diferenciales al primero lo distingue el acompañamiento de restauración y salas de reuniones, mientras que el segundo permite a sus socios jugar en los más de 120 campos que la firma Nicklaus Design tiene repartidos por todo el mundo y cuenta con su propia academia.
De 2007 son el Golf Son Gual, diseñado por Thomas Himmel, y el Son Quint Golf, vinculado a la oferta hotelera de categoría superior formada por el Arabella Sheraton Golf Hotel Son Vida, el Castillo Hotel Son Vida, y el Mardavall Hotel & Spa.
Los nuevos campos mallorquines han introducido desde su diseño técnicas para el ahorro de agua y energía, e incluso su vegetación ha incluido el rescate de parte de la flora autóctona. Pero también las instalaciones con muchos años de experiencia han ido incorporando a su funcionamiento medidas para minimizar el impacto sobre el entorno en el que se hayan instalados, al tiempo que refuerzan su profesionalidad incorporando las demandas que año a año realizan los clientes.
El más antiguo de los campos mallorquines es el Son Vida Golf, que fue inaugurado en 1964, y según sus promotores se caracteriza por un juego fuertemente estratégico. Y en la misma década abrió el Golf Son Servera, que contiene una abundante muestra de la vegetación autóctona y permite combinar las vistas al mar y la montaña.
Pinares, olivos, almendros... forman parte del paisaje de campos como el Golf de Poniente o el Vall D'Or Golf, mientras que playas y puertos deportivos o marinas acompañan la triple oferta del Golf Santa Ponsa o el Real Golf de Bendinat. Otras instalaciones destacan por ser muy competitivas, como los dos campos del Golf Son Antem, que se encuentran junto al Mallorca Marriott Son Antem Golf Resort & Spa, y permiten combinar el golf con el turismo de salud o de reuniones.
Uno de los más conocidos a nivel internacional es el Pula Golf, un 18 hoyos inaugurado en 1995, que estrenó nuevo diseño realizado por José Mª Olazábal en el año 2007, y se encuentra rodeado de los diversos parajes naturales del municipio de Son Servera y la bahía de Cala Millor.
La oferta de golf de Mallorca se completa además con un conjunto de alojamientos especializados en el segmento de golf, que se conforma por más de cuarenta hoteles en los que predominan los de categoría superior, de 4 y 5 estrellas repartidos por toda la isla. Aunque también es posible elegir entre la amplia gama de hospedaje que ofrece Mallorca, desde hoteles rurales, con encanto o incluso antiguas haciendas o casas rurales.