Deià

Pueblo de artistas

Este pequeño y pintoresco pueblo está ubicado en plena montaña. Su enclave privilegiado, la belleza del paisaje y el encanto de las construcciones tradicionales de piedra, hicieron del pueblo un lugar especial para numerosos escritores, pintores y artistas que encontraron en Deià una fuente de inspiración, desde el archiduque Luis Salvador de Austria, el escritor Robert Graves, el compositor Manuel de Falla, los pintores Leman, Junyer y Russinyol o los poetas Robert Grabas y Laura Riding, entre otros. 

Aún hoy conserva esta atmósfera bohemia que atrapa y envuelve a quien decide pasar un tiempo en este enclave. La luz en este lugar es mágica. No es de extrañar que este sea el destino elegido por personalidades y celebridades para pasar sus vacaciones en Mallorca, en alguno de los establecimientos hoteleros más exclusivos de la isla. 

Dentro de las visitas de interés destacan: la Casa de Robert Graves, residencia del escritor inglés, autor de la novela Yo, Claudio, entre otras; la iglesia y el cementerio, en lo alto de la colina, con bonitas vistas panorámicas accesibles por empinadas calles; el Museo Arqueológico, fundado en 1962 por el arqueólogo norteamericano William Waldren y el Museo Parroquial. 

El entorno invita también al senderismo. Son numerosas los recorridos que se pueden realizar a pie, como el itinerario a la cala de Deià, a la aldea de Llucalcari o la excursión a la península de sa Foradada. La ruta GR-221 pasa también por este paraje y el refugio de Can Boi puede ser una buena opción para aquellos que atraviesan la serra de Tramuntana. 

Cala Deià es una pequeña cala rocosa de aguas cristalinas a la que también se puede llegar en coche, muy popular entre residentes y turistas.

La ruta hasta llegar a Deià discurre por una preciosa pero estrecha y sinuosa carretera, con el mar y el horizonte como telón de fondo, que ofrece varias posibilidades de parada y de visita, por lo que el trayecto puede alargarse en el tiempo sin uno pretenderlo ni ser consciente de ello. El antiguo monasterio de Miramar;  Son Marroig, finca que perteneció al archiduque Luis Salvador de Austria y su mirador sobre sa Foradada con su enorme agujero de 18 m de diámetro, son algunas de ellas. 

Debido al encanto de todo su conjunto, esta zona está muy concurrida. Las opciones de aparcamiento son escasas y debe tenerse en cuenta a la hora de planificar la visita.